Vicente Flores

Vicente Flores

“Es realmente un privilegio desempeñar la vocación que Dios te ha dado”.

Vicente es hijo de Tiburcio Flores Cóndor y Dolores Astuvilca Laureano y es el quinto de siete hermanos. Estudió en la Escuela Nº 30833 hasta tercero de primaria y posteriormente se trasladó a Lima para concluir sus estudios secundarios.

Su tierra natal, Yanapuquio, es un pequeño pueblo ubicado en la provincia de Tarma, departamento de Junín, al centro de Perú. Es una comunidad de unos 300 habitantes dedicados en su mayoría a la agricultura y la ganadería; y en palabras del mismo Vicente, “un pueblito lleno de tradiciones religiosas, sobre todo en mayo”.

Pero el arte de los tapices le llegó a Vicente desde otro lugar. A media hora de distancia de Yanapuquio está San Pedro de Cajas, un pueblo dedicado a trabajar y revalorar el arte del tejido, tanto para la elaboración de ponchos, mantos y frazadas como para la confección de telares. Durante los años 80’s los tapices tenían una gran acogida, pues eran una novedad. Fue entonces cuando los hermanos mayores de Vicente se iniciaron en el aprendizaje de este arte, y más adelante, le trasladaron sus conocimientos.

Experiencia artística

Vicente Flores se inició el arte de los tapices desde los 15 años, ayudando y colaborando en el trabajo de sus hermanos. Pero su capacidad de expresión a través del dibujo y la pintura lo acompañan desde siempre “como un sello en la frente y el corazón”.

“Siempre fui muy sensible ante los acontecimientos de la sociedad, y tenía una admiración profunda por la naturaleza, los animales, los cielos. La perfecta creación. Creo que Dios me ha enseñado todo lo que sé y sé que puedo hacer mucho más”, afirma Vicente.

Empezó a elaborar sus propios tapices a los 18 años, eran principalmente paisajes costumbristas y animales nativos del Perú. Posteriormente hizo reproducciones de grandes obras para el mercado americano.

“Nuestros primeros tapices fueron expuestos en una tienda en el aeropuerto de Lima, era el año 98, desde allí nos hicimos conocidos”, cuenta Vicente.

Breve testimonio

¿Cuáles han sido tus principales trabajos?
La verdad es que a cada trabajo que hago le pongo mucha emoción, pues es una oportunidad para mejorar. La verdad, todos han sido algo único.

¿Cuál ha sido el tapiz más especial para ti?
Sin lugar a dudas el tapiz más especial fue el que hice para el Papa Juan Pablo II, en el que me dio su bendición por este arte, que es una forma de hacer apostolado. Otro muy especial es el retrato que hice para la señora Margarita en Italia. Es realmente un privilegio desempeñar la vocación que Dios te ha dado.

¿Qué significa en tu vida cristiana la creación de telares?
Pues es la razón por la que Dios me trajo a este mundo, hacer apostolado a través de mi arte y mantener la esperanza de un mundo mejor con nuestro Señor Jesucristo.