César Urbano Chipana
Ganador de la Medalla “Joaquín López Antay” 2017. César aprendió de su padre, Julio Urbano, la tradición del retablo. Siempre plasma en sus obras la vida cotidiana, fiestas y costumbre de su tierra Ayacucho y otras regiones del país.
¿Cómo entró el arte popular en su vida? Yo me inicié en el arte popular a los 9 años gracias a mi padre. A esa edad no estaba tan seguro de qué me gustaba, pero mi papá fundó una escuela de artesanos en la que enseñaban gratuitamente. Como había bastantes especialidades, cada año me matriculaba en una distinta… Después de 7 años estudiando decidí quedarme con la especialidad de mi padre: Ser retablista. Se lo agradezco mucho, porque gracias a él tengo este oficio. El arte popular está en mis venas, es un don que tengo.
¿Recuerda su primera obra? Mi primera obra fue en 1979 para una exposición que se realizaba en Semana Santa en Ayacucho, en el Consejo Provincial de Huamanga. Asistieron bastantes retablistas, incluyendo a mi padre.
Quedé sorprendido al obtener el tercer puesto, ya que había artistas con mucha experiencia. Me sentí orgulloso de obtener ese reconocimiento y de haber llegado a tal puesto con un retablo que había plasmado los tapices o tejidos ayacuchanos.
¿Cómo ha ido evolucionando su trabajo? Definitivamente siempre he tratado de reflejar las tradiciones ayacuchanas, los carnavales, un nacimiento o algún otro acontecimiento de mi pueblo. Pero el cambio se ha ido dando gracias a los clientes; ellos son los que me piden nuevos temas o creaciones distintas,- lo cual agradezco- porque me hacen realizar piezas que yo jamás habría hecho, empujándome a usar mi creatividad para que ellos queden satisfechos con mi trabajo
¿Qué temas le han pedido en sus retablos? Algún ejemplo… Para la selección de fútbol, por ejemplo, he preparado un retablo del equipo jugando un partido de fútbol. También para el magisterio he elaborado retablos con profesores que están enseñando. Y así, diferentes diseños que nos piden los clientes, variando la temática según los requerimientos.Cambiando de tema,
¿Cómo vive el arte popular en su familia? Yo plasmo el arte popular en mi familia animando que se dediquen a mi tradición con los retablos, que continúen promoviendo la cultura, que se sientan orgullosos de sus ancestros, porque un país sin cultura es como un cementerio. Incluso uno de mis hijos está interesado en seguir la tradición, al igual que una de mis nietas. Ella coge los pinceles y poco a poco le doy algo pequeño para que ella pinte y practique, por así decirlo. Ver eso me enorgullece mucho, porque uno como artista quiere dejar su legado y que nuestro arte jamás desaparezca.
¿Qué le falta al arte popular peruano para crecer o desarrollarse? El gobierno hace poco o nada por promover la cultura de nuestro país. Por otro lado, siempre que nos juntamos con otros compañeros artesanos, conversamos sobre cómo impulsar el arte popular, pero al final por nuestro egoísmo no logramos ponernos de acuerdo. Por no querer gastar o invertir, no llegamos a nada. Yo mismo he tenido la iniciativa de organizar exhibiciones, ya sea en el Perú o en el extranjero. He sido también uno de los fundadores de la Feria “De Nuestras Manos”, y así he ido buscando que el arte popular peruano crezca.
Adicionalmente MINCETUR, al igual que ICTYS, nos han apoyado mucho. Desearía que haya más instituciones que crean en nosotros.Sé que usted ha ido logrando varios objetivos a lo largo de su camino, desde que empezó a dedicarse al arte popular.
Para finalizar ¿Cuál es su próximo sueño? ¿Qué quisiera lograr? Si Dios me da más tiempo de vida, me gustaría dejar huella y saber que el arte popular peruano es conocido por todos. Quisiera que las nuevas generaciones sigan con este arte para que jamás desaparezca.