Genaro Paravicino

 Ceramista cusqueño, que desde muy joven comenzó a trabajar con el arte popular en Pisac, luego se mudó a Lima y actualmente tiene su taller en el distrito de San Martín de Porres.

 

“Gracias a Dios, hasta el día de hoy sigo dedicándome a la cerámica”.

 

 

Genaro, una pregunta clásica que hago cuando conozco por primera vez al artista ¿Cómo te iniciaste en el arte popular?

-Cuando yo me inicié con la cerámica, no pasó por mi mente que continuaría con este arte. Empecé cuando estaba en el colegio, a la vez, asistíamos a una escuela artesanal en el Valle Sagrado de los Incas en Pisac. En 1975 en Cusco comencé a trabajar como artesano, al comienzo hacía bolitas para bisutería, collares y aretes. Luego, aprendí a pintar con pluma de gallina, pelo de gato y así sucesivamente materiales, los cuales hacíamos manualmente los pinceles.

¿A tus inicios solo realizaste bisutería?

-Mis primeros trabajos fueron solo bolitas como lo mencioné antes, parecían canicas como para jugar y con el tiempo me di cuenta que esto no era solo un producto para divertirme, podía hacer mucho más, adicionalmente para negociar y trascender como artista.

¿Qué es lo que más te gusta plasmar en tus obras?

-Bueno, la cultura de los incas nos han dejado muchas riquezas, principalmente la cerámica, que los incas trasmitían en sus productos, como la atracción de la tierra. Yo observaba en la arqueología que dejaron en Intihuatana, Pisac (Valle Sagrado de los Inca), La Chacana, que esta formado en piedra y es la mitad de la cruz, que se forma con la luz del sol o de la luna, a través de eso nacen las figuras geométricas y actualmente las plasmamos en jarrones, vajillas y otras herramientas de decoración.

 

“Ser ceramista comenzó como un hobby, ahora es algo que amo y no puedo dejarlo”.

 

 

¿Cómo te diste cuenta que habías crecido como artista?

-Al comienzo pensé que este trabajo no me llevaría a nada. Sin embargo, luego comencé a ver como otros artesanos exportaban y podían cubrir sus necesidades… Años atrás tenía un taller con varios ayudantes en Cusco, nos dimos cuenta nuestro crecimiento, por los continuos pedidos que nos hacían. En 1986 me mudé a Lima y trabajé para empresas grandes del mismo rubro, gracias a Dios hasta el día de hoy sigo dedicándome a la cerámica y actualmente mi taller queda en San Martín de Porres (Lima).

¿Cómo has ido evolucionando tu trabajo?

-Podemos decir que estos productos ya han llegado a todo el mundo. Asimismo, cada país tiene su gusto, un ejemplo es en Venezuela les gusta paisajes, Tucanes, colores llamativos como en la selva, pero en Estados Unidos, ellos quieren algo más cultural de nosotros, ahí enviamos los calendarios incas, las figura geométricas, precolombinas, pre-incas. Eso ha hecho que yo pueda mezclar colores, paisajes, representar las 3 regiones del Perú en mis piezas e ir viendo lo que el cliente quiere y así uno va evolucionando y modernizándose.

Cambiando de tema ¿Qué importante te parece que los artesanos utilicen las redes sociales?

-En primer lugar me llama la atención que los peruanos no conozcan mucho de su cultura. Menos mal las redes son las ventanas al mundo, eso nos facilita al artista, porque el cliente ya puede conocer nuestra historia, conocer la historia del producto y tener una comunicación con nosotros más cercana y rápida.

 Muchos de ustedes se quejan o de alguna manera consideran la falta de apoyo del estado ¿Genaro crees que tienen la suficiente ayuda del estado peruano?

-El estado tiene que trabajar bastante, porque no nos dan el protagonismo que deberíamos tener, así como hay un Mistura anual y que es reconocido mundialmente, debería haber una feria de esa talla, donde se reconozca a todos los artesanos del Perú. Además, las ferias que hay son poquísimas y usualmente son lo comerciantes en vez del productor.

Para finalizar ¿Realmente cuál es tu sueño como artesano?

-Primero que todos conozcan al Perú con toda su cultura. Incluso, que sepamos difundirla. Que haya más asociaciones que promuevan el arte popular peruano y a nosotros los artistas- Eso me haría bastante feliz.