Augusto Loayza Ramos

Augusto Loayza Ramos

Imaginero, danzante de tijeras, ganador del IX Concurso Nacional de Nacimientos Navidad es Jesús 

Augusto Loayza Ramos nació en San José de Astobamba, en el distrito de Santa Ana, provincia de Castrovirreyna, departamento de Huancavelica. A sus 43 años vive actualmente en Paucará, en el mismo departamento de Huancavelica. Proviene de una familia dedicada al bordado en telar, con materiales como hilo de alpaca y lana de oveja. Su madre es doña Epifania Ramos Ilcaray, y su padre era don Augusto Loayza Flores, ya fallecido.

Desde los 6 años aprendió de sus abuelos, como parte de la tradición familiar, a bordar, lo que incluía hacerse su propia vestimenta para la vida cotidiana. Con el tiempo fue adquiriendo mucha práctica en el bordado, y a los 17 años empezó a dar a conocer sus obras a través de regalos o presentes. Poco a poco, y gracias a que lo invitaron a realizar un trabajo de limpieza de imágenes en la iglesia de Huancavelica, empezó a perfilarse también en la imaginería. A partir de entonces comenzó a vender sus obras, respondiendo a los pedidos que le hacían: imágenes de santos o de danzantes típicos en miniatura con vestimenta incluida.

Los primeros trabajos que realizó fueron de danzantes de tijeras, ya sea bordados en telares, ya en la misma vestimenta de los danzantes. Años después empezó a trabajar con maguey y tela encolada. Al inicio de esta línea artesanal elaboraba sus figuras sin una estructura definida, pero poco a poco fue perfección ando su técnica, desarrollando en primer lugar un bosquejo previo a su trabajo y posteriormente la estructura. Pasó asimismo de obras pequeñas a grandes, dependiendo de la elección del cliente.

La técnica que utiliza la denomina a mano limpia. Realiza en primer lugar un bosquejo de la obra que quiere desarrollar, posteriormente prepara la estructura y empieza a mezclar de manera libre los distintos materiales que usa, como la tela encolada, el maguey, diferentes tejidos naturales de fibra de alpaca y algodón, realizando así un proceso minucioso. Augusto se detiene de manera especial en el rostro, el cual requiere un mayor pulido.

Con respecto a los materiales con los que trabaja, en la imaginería ha ido añadiendo alguna novedad, como los distintos tejidos naturales. Pero en el arte del bordado utiliza los mismos materiales con los que sus abuelos le enseñaron, como la fantasía de hilo de oro y plata, en bajo y alto relieve.

Como parte de su tradición Augusto practica desde los 7 años el arte de la danza de tijeras. Actualmente, además, enseña a niños y jóvenes, y tiene un elenco de danzantes que participa en distintos eventos. Fue precisamente la práctica de esta danza la que inspiró su arte del bordado. Distintos danzantes de tijeras le piden a Augusto que les confeccione su vestimenta, viendo en él a un maestro de este arte.

Un artesano mezcla creatividad, visión, tradición y pasión por lo que trabaja. Todas estas características las encontramos en Augusto, quien por otro lado no desvincula su trabajo de su familia. Él tiene su pequeño taller en casa, siendo su familia su primer gran soporte. Partiendo de la esencia familiar y de su entorno, Augusto ha podido también viajar e inspirarse en las tradiciones y elementos de distintos pueblos que, poco a poco, han enriquecido su desarrollo artesanal. Parte del secreto de haber afianzado su identidad está en que tiene el apoyo de su familia, de su esposa y de sus amigos para seguir desarrollándose como artista de imaginería y bordado, sintiéndose al mismo tiempo orgulloso de su tradición, como le inculcaron sus padres.